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TrandingProLa desdolarización de la economía

A medida que se expande la economía y aumentan los bienes y servicios, se necesitan más unidades monetarias si no queremos caer en una deflación crónica. 

Creo que estaremos todos de acuerdo en que la cualidad más importante que debe tener el dinero es la estabilidad en su valor para el cálculo económico, por lo tanto, necesitamos tener una oferta monetaria elástica para responder a cambios en la demanda monetaria y al crecimiento o destrucción de producción. Gracias a ello, podremos controlar episodios de inflación o deflación.  

Dicho esto, es sabido por todos que desde que rompimos con el patrón oro-dólar y transitamos al patrón FIAT, el dólar es la moneda de reserva y de comercio principal. Compra-venta de materias primas y acuerdos comerciales entre países con divisas menores tienden siempre a ser liquidados en dólares. El excedente de dólares para el exportador de bienes o importador de capitales se busca refugiar en bonos de Tesoro. 

Podemos decir así que el dólar es la divisa de intercambio y el bono soberano el activo de reserva. Ambos son dólares, aunque con distinto plazo. 

Por lo tanto, a medida que se expande una economía global denominada en dólares, se necesitan más dólares (y bonos), es decir, déficits del gobierno de EEUU.

Esto es muy llamativo. Por un lado, vemos muchísima crítica a los déficits del Tesoro USA y por otro empezamos a entender que quizá sean más necesarios de lo que podíamos imaginar. 

A esta situación la llamó el ilustre Charles De Gaulle “el privilegio exorbitante”. EEUU es el único país que puede exportar dólares (deuda) e importar bienes sin tener consecuencias inflacionarias. 

Parece la gallina de los huevos de oro, yo creo de la nada dólares sin prácticamente coste y con ello importo riqueza real. Sin embargo, como todo en economía, hay que vigilar las segundas derivadas. Lo que De Gaulle llamaba privilegio, yo lo llamo el castigo exorbitante. 

Realmente podemos decir que esta situación es un privilegio para políticos y un castigo para el resto de la sociedad. 

Cuando un país se endeuda mucho, tiene que saber que hacer con esa deuda. Y en este sentido, tenemos que distinguir entre deuda productiva y deuda improductiva. La deuda productiva es la que se utiliza para invertir y crear nueva producción, que cubra el interés y además genere un valor añadido. La deuda improductiva es la que no genera nada. 

Como podréis imaginar, es muy complicado buscar constantemente proyectos rentables para distribuir toda la deuda. Y mas si esa asignación corre de la mano de los burócratas de Washington. Por eso, EEUU lleva cayendo tiempo en la trampa de deuda. Cuando más se endeuda, menos crece.

Si miras el ratio deuda-PIB tiene una pendiente claramente positiva, justo lo contrario que la tasa real de crecimiento, que tiene pendiente negativa. De forma quizá algo superficial, podemos decir que, a mayor deuda, menor crecimiento. 

Por lo tanto, la obligación de EEUU de nutrir de dólares al mundo acaba acarreándole una zombificación de su economía. De privilegio a castigo.

Ahora bien, estamos de acuerdo en que necesitamos más unidades monetarias a medida que se expande la economía. ¿Qué otra solución podemos tener si EEUU quiere evitar déficits constantes que estanquen su economía?

La deuda puede caer sobre el sector público, pero también sobre el sector privado. Y aquí surge mi gran dilema. ¿Qué es mejor?, ¿que se endeude el tejido público o privado?

Vamos a reflexionar, porque hay pros y contras en ambos.

Mucho apalancamiento sobre el sector privado tiene riesgos de derivar en crisis financieras puntuales. Crisis por tanto muy dolorosas en desempleo, quiebras y desconfianza. Sin embargo, con el tiempo se irían diluyendo dichas crisis ya que el sector financiero tendería a educarse, algo que no pasa si está el Estado paternalista detrás.

Si recae el apalancamiento en el sector público, hay dos derivadas muy nocivas. 

  1. La zombificación de la economía, que ya hemos analizado.
  2. La creación de dependientes en la sociedad. Los Estados ganan peso, aumentan subsidios, derechos, ayudas, etc y la sociedad va derivando de una economía de propietarios a una economía de dependientes. Se crean cadenas y demagogia política, ya que los burócratas pueden costear sus medidas a través de deuda, sin necesidad de subir impuestos o reducir el gasto.

Por lo tanto, el dilema para mi es claro, mejor que la deuda y, por tanto, la expansión monetaria, recaiga sobre el tejido privado (sector financiero). ¿Tiene riesgos? Sí, pero deja menos daño a largo plazo. Y además esos riesgos se irán diluyendo cuando el sector bancario aprenda a colateralizar la nueva deuda en activos líquidos. 

En este sentido, la doctrina de las letras reales estudia en profundidad esta corriente. El papel comercial o garantías sobre procesos de producción que estén cerca de su fase final son colaterales de garantía, ya que no tienen riesgo de duración. 

Actualmente, una gran parte del dinero bancario se apoya en hipotecas o bonos de largo plazo, por lo tanto, en caso de problemas de liquidez, el banco necesita vender activos ilíquidos para responder a los pasivos y se descalce de plazos (pasivos a la vista y activos a largo plazo) hacen que puedas tener que reconocer pérdidas importantes que hagan perder el precio par de ese dinero. 1 dólar de banco central no es lo mismo que un dólar de banco comercial. 

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