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Jose Basagoiti

China también se prepara para la guerra comercial

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China ha desarrollado contramedidas significativas para responder a las empresas estadounidenses si Donald Trump, presidente electo, reaviva una guerra comercial latente entre las dos economías más grandes del mundo.

En primer lugar, Beijing ya está implementando nuevas leyes que le permiten incluir en listas negras a empresas extranjeras, imponer sus propias sanciones y restringir el acceso estadounidense a cadenas de suministro cruciales.

China intentará dialogar con el presidente Trump de cualquier manera posible, pero si, como en 2018, no se logra nada a través de las conversaciones, es evidente que deberá luchar y defender sus intereses.

El presidente Joe Biden mantuvo la mayoría de las medidas de su predecesor contra China, pero Trump ya ha señalado una postura aún más dura. Por desgracia, la historia nos ha enseñado que el proteccionismo no beneficia a nadie y de esta "guerra" saldrán perdiendo ambos.

China ahora cuenta con una "ley de sanciones anti-extranjeras" que le permite contrarrestar medidas de otros países y una "lista de entidades no confiables" para empresas extranjeras que considera han socavado sus intereses nacionales. Una ley de control de exportaciones ampliada significa que Beijing también puede utilizar su dominio global en el suministro de recursos cruciales como tierras raras y litio.

En este ARTÍCULO analizamos como las tierras raras son la carta más importante del gigante asiático.

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En esta imagen se puede apreciar como cada vez son más agentes estadounidenses los que engordan la "Lista negra". Muchos subestiman el daño que Beijing podría infligir a los intereses estadounidenses.

China también está acelerando para hacer sus cadenas de suministro de tecnología y recursos más resistentes a las interrupciones de las sanciones estadounidenses mientras expande el comercio con países menos alineados con Washington. Básicamente está apostando por una mayor autosuficiencia, justo lo que Trump quiere para EEUU.

Sin embargo, a pesar de estas intenciones, China no puede ignorar la amenaza de Trump de imponer aranceles generales de más del 60% a todas las importaciones chinas, dado el crecimiento económico lento, la débil confianza entre consumidores y empresas y el desempleo juvenil históricamente alto.

Gong Jiong, profesor de la Universidad de Negocios y Economía Internacional de Beijing, dijo que en caso de negociaciones, esperaba que China estuviera abierta a más inversión directa en la manufactura estadounidense o a trasladar más manufactura a países aceptables para Washington.

No obstante, EEUU está jugando con el filo de la navaja, porque la guerra arancelaria se la quiere aplicar a todo el mundo, no sólo a China. Trump ha hablado en campaña de imponer aranceles del 20% a todas las importaciones que haga el país.

Si otras economías importantes comienzan a ver a EE. UU. como un socio comercial poco confiable, podrían buscar cultivar lazos comerciales más profundos con China en busca de mercados de exportación más favorables.

Como ven mucho que perder y poco que ganar. La economía sufrirá por el creciente proteccionismo y la sociedad se expondrá a menor prosperidad y desarrollo si finalmente se ejecuta. Conociendo a Trump y su tozudez, la acción "inteligente" de Beijing sería hacer todo lo posible para evitar que se impongan más aranceles. Y tiene cartas para hacerlo.

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