La industria petrolera de Estados Unidos atraviesa una etapa de transformación profunda, marcada por recortes de personal, ajustes presupuestarios y una redefinición de su papel en el mercado energético global. Gigantes como ConocoPhillips y Chevron han anunciado reducciones de hasta el 25% en su fuerza laboral, afectando a miles de empleados y reflejando una tendencia más amplia en el sector. Este movimiento responde a la presión de precios del crudo que rondan los 62 dólares por barril, por debajo del umbral de rentabilidad de muchas operaciones, y a un entorno económico global incierto.
ConocoPhillips, por ejemplo, ha decidido reducir entre 2.600 y 3.250 puestos de trabajo, lo que representa hasta el 25% de su plantilla global. Esta decisión se enmarca en un plan de reestructuración denominado "Competitive Edge", que busca mejorar la eficiencia operativa y optimizar la asignación de capital. El CEO Ryan Lance reconoció que la empresa se había centrado excesivamente en adquisiciones, como la de Marathon Oil por 22.500 millones de dólares, y menos en el control de costos. Además, la compañía ha identificado oportunidades de reducción de costos por más de 1.000 millones de dólares y ha incrementado su objetivo de ventas de activos a 5.000 millones de dólares para 2026 Reuters .
Por su parte, Chevron ha anunciado planes para reducir entre el 15% y el 20% de su fuerza laboral global para finales de 2026. Esta decisión forma parte de un esfuerzo por simplificar su estructura empresarial y completar una adquisición estratégica. Asimismo, empresas como Halliburton y SLB también han implementado recortes de personal, con reducciones que oscilan entre el 20% y el 40% en algunas divisiones, debido a la disminución de la actividad en el sector y al aumento de los costos operativos Reuters .
En paralelo, la producción de petróleo en Estados Unidos muestra señales de desaceleración. El número de plataformas de perforación ha disminuido en 69 este año, y se prevé que el crecimiento de la producción se desacelere aún más tras los niveles récord alcanzados en 2024. Analistas advierten que la producción en tierra podría caer o crecer a su ritmo más lento desde la recesión inducida por la pandemia en 2021 Reuters .
Este enfriamiento del sector estadounidense coincide con un aumento en la producción de OPEC+. El grupo ha decidido incrementar su producción en 137.000 barriles por día a partir de octubre, tras una serie de aumentos acumulados entre abril y septiembre. Aunque este aumento es modesto, refuerza la posición de Arabia Saudita dentro de la organización y podría desplazar aún más la influencia del mercado hacia los productores de la OPEC+ Reuters .
En resumen, la industria petrolera estadounidense se enfrenta a un punto de inflexión. Los recortes de personal y la reducción de inversiones reflejan un cambio hacia una mayor disciplina de capital y una reevaluación de su estrategia de crecimiento.
Mientras tanto, la OPEC+ continúa expandiendo su producción, lo que podría alterar el equilibrio de poder en el mercado energético global. Este panorama plantea interrogantes sobre el futuro de la "dominancia energética" de Estados Unidos y su capacidad para mantener su posición de liderazgo en la producción mundial de petróleo.