Para 2035, se espera que en Europa no se puedan adquirir coches con motores térmicos, y aunque actualmente hay múltiples opciones para casi cualquier necesidad, muchos conductores que han optado por vehículos eléctricos están reconsiderando su decisión y desean volver a los motores de combustión.
A pesar de la presencia de defensores y creadores de contenido que alaban los vehículos eléctricos en redes sociales, un informe de la consultora McKinsey indica que un tercio de los compradores de coches eléctricos están pensando en regresar a los vehículos de combustión interna. Los principales inconvenientes señalados son las dificultades para realizar viajes largos sin múltiples paradas, a pesar de los menores costos operativos. La tecnología aún no está completamente desarrollada y los puntos de carga ultrarrápida son escasos y poco eficientes.
Ni las subvenciones ni los nuevos modelos parecen cambiar esta percepción. Aunque hay planes para lanzar coches eléctricos económicos en Europa, como la reedición del Renault 5, el nuevo Citroën C3 eléctrico, y un posible modelo más accesible de Tesla, los consumidores siguen prefiriendo los vehículos térmicos, que no tienen el costoso componente de la batería.
En España, los propietarios pueden recibir hasta 4500 euros si achatarran un vehículo viejo y compran un coche eléctrico con cierta autonomía, pero esta subvención tarda en llegar y está sujeta a impuestos, lo que no reduce significativamente el costo del coche eléctrico.
El problema principal no es el precio, sino la tecnología. Los consumidores desean la misma facilidad que tenían con sus coches térmicos: recargar energía en pocos minutos y continuar su viaje sin hacer varias paradas. Actualmente, se están desarrollando tecnologías que podrían cambiar esta situación, como las baterías de estado sólido, que serían más baratas y se cargarían más rápido, y el intercambio de baterías, una opción defendida por fabricantes como el chino NIO.
Sin embargo, la solución que los compradores de coches eléctricos desean aún no ha llegado, lo que representa malas noticias para Tesla y otros fabricantes que han apostado fuertemente por los vehículos eléctricos. Es posible que la tecnología que se necesita aún no esté disponible, aunque podría estarlo en unos pocos años.