Tras ver ayer domingo el evento del cierre de las Olimpiadas de este año, un evento que, por cierto, ha tenido tantas criticas como la ceremonia de apertura, nos preparamos para hacer un repaso de la organización de estos juegos.
De primeras decir, que este evento ha tenido un coste de unos 12 mil millones de dólares. El tiempo dirá si ha sido rentable o no. En las últimas dos décadas no hemos tenido mucho ejemplos de juegos que hayan salido económicamente rentables.
Vamos con los hechos vergonzosos:
Después de la competencia de natación en el Sena, para cuya limpieza se invirtieron $1.5 mil millones, varios triatletas sufrieron vómitos masivos. El comité organizador niega que esto se deba a la contaminación del río.
Un jugador de rugby japonés, el entrenador del equipo de hockey sobre césped australiano, tres futbolistas y numerosos periodistas han sido víctimas de robos.
En el torneo de boxeo femenino en Francia, se introdujo una nueva regla: no golpear por debajo de la cintura. Este comentario hace referencia a la inclusión de dos atletas transgénero en la competencia, quienes previamente no habían sido admitidas en el Campeonato Mundial.
El COI declaró que no ve razón para prohibir la participación del equipo israelí. "Existen entre 20 y 30 conflictos en el mundo, no podemos vetar a todos."
Nike ya lamenta patrocinar los Juegos Olímpicos, pues la corporación ha sido acusada de sexismo debido a los "trajes sexualizados" de las atletas femeninas.
Veremos lo que nos espera en Los Ángeles 2028, pero ya tenemos las primeras declaraciones de la alcaldesa de la cuidad, que dice que serán las primeras Olimpiadas modernas sin coches. Propone limitar los viajes en coche a los trabajadores esenciales tal y como pasó durante la pandemia: “en aquella crisis demostramos que era posible hacerlo”