Donald Trump ha dado un importantísimo golpe sobre la mesa y ha conseguido un histórico acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán. El interés es muy fuerte por parte de EEUU ya que le interesa montar el corredor de gas hacia Turquía. Y geoestratégicamente es crucial, porque son dos "socios" estratégicos de Rusia.
El acuerdo ayuda a tener a Armenia contento para los proyectos. Hasta ahora había que sortearle y pasar por la frontera de Irán, una ruta muy peligrosa.
Por tanto, el acuerdo de paz pone fin a décadas de conflicto entre ambas regiones. Pero el trato va mucho más allá. En realidad, se trata de reestructurar el Cáucaso Sur para que los flujos comerciales, energéticos y de datos se desplacen hacia Occidente y que Estados Unidos pueda controlar cómo se lleva a cabo. El eje central es una nueva ruta de tránsito a través del sur de Armenia que conecta Azerbaiyán con Najicheván, y luego con Turquía y Europa.
Si Estados Unidos realmente toma la iniciativa en la construcción y gestión de esa ruta, se tratará de controlar los estándares, los sistemas de pago, los seguros, los controles aduaneros e incluso la visibilidad de los movimientos.
Para EEUU, ampliar su influencia en el Cáucaso es muy positivo. En Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Pensad que todos estos países están situados en un sitio de puente para hacer operaciones en la región. Y al mismo tiempo, EEUU quiere la menor relación posible entre Rusia e Irán, que ahora tienen proyectos para comunicarse por ferrocarril por el oeste del Caspio (Azerbaiyán).
Cambio en el orden geopolíticoRusia e Irán son los claros perdedores. Moscú pierde su papel como mediador de referencia en la región y observa cómo una parte de la red económica del Cáucaso se reconstruye sin él, lo que dificulta sus vías para evadir las sanciones. Irán ve una nueva arteria comercial justo al norte de su frontera que elude completamente su territorio, además de una presencia casi conforme con la OTAN en su patio trasero.
Europa obtiene lo que ha deseado desde 2014 con nuevas formas de transportar energía y bienes sin pasar por Rusia.
Trump sigue ganando éxitos en el plano geopolítico. Muchos analistas ya hablan de posible "Premio nobel de la paz". Es cierto que ha detenido la escalada de conflictos que había, salvo el de Israel-Palestina, donde tiene poco control directo. Mi opinión es que, de momento no lo merece, pero si consigue parar la guerra de Ucrania y que haya paz con acuerdo definitivo, entonces quizá sí.
Dicho esto, la ceremonia de paz entre Armenia y Azerbaiyán es el espectáculo; la verdadera victoria es el control del corredor.