Las quiebras empresariales avisan

Durante la primera mitad de 2025, un total de 371 empresas estadounidenses se declararon en bancarrota, marcando el nivel más alto en los últimos 15 años, desde la crisis financiera de 2008.

Este repunte es una señal preocupante del creciente estrés financiero que enfrentan muchas compañías en un contexto económico desafiante.

El número de quiebras ha superado con creces al del mismo período del año pasado, cuando se registraron 335 casos, y representa más del doble de las bancarrotas reportadas en los primeros seis meses de 2022.

Esta tendencia al alza ha sido particularmente notoria durante el segundo trimestre del año: en abril se reportaron 59 quiebras, en mayo 63 y en junio 64, consolidando un patrón de deterioro sostenido.

Los sectores más afectados han sido el industrial, con 58 casos, y el de consumo discrecional, con 49, lo cual refleja tanto el debilitamiento de la demanda como los persistentes efectos de los altos costos operativos y las tasas de interés elevadas.

Por su parte, el sector sanitario también experimentó una cantidad significativa de quiebras, con 27 casos, debido a presiones financieras vinculadas al aumento de gastos y a los cambios regulatorios.

Factores como la inflación persistente, el endurecimiento de las condiciones crediticias y un menor acceso a financiamiento han sido determinantes en este repunte de bancarrotas.

Además, el retroceso del consumo en ciertos segmentos y la desaceleración del crecimiento económico general han puesto en jaque a muchas compañías, especialmente a las más apalancadas.