Actualmente, el oro se encuentra en un momento ideal para los inversores que buscan proteger su patrimonio a largo plazo. Según los principales factores que suelen influir en su precio, el oro podría considerarse notablemente barato en este momento, lo que sugiere una oportunidad única en los próximos años.
Al observar el contexto actual, hay dos variables clave que están alcanzando niveles sin precedentes: la base monetaria (la cantidad de dinero en circulación en la economía) y la deuda federal de Estados Unidos. Ambas han experimentado un aumento significativo. Históricamente, tras un incremento de estos indicadores, el precio del oro tiende a seguir un repunte considerable. Y justamente, estamos en el inicio de ese ciclo alcista que podría extenderse durante más de una década.
De acuerdo con datos históricos, la revalorización anual promedio del oro es de aproximadamente un 8%, mientras que su tasa anual equivalente (TAE), que considera la reinversión de las ganancias, alcanza el 10.20%. Para poner esto en perspectiva, si comparamos con el índice S&P 500, desde que incluye 500 empresas en 1957 hasta la fecha, su TAE promedio ha sido del 10.13%.
Esto significa que, a pesar de que la bolsa suele ser vista como un instrumento de mayor riesgo, el oro ha ofrecido un rendimiento anual compuesto similar, pero sin el nivel de volatilidad e incertidumbre que caracterizan a los mercados bursátiles.
En resumen, el oro, al ser considerado un activo refugio, ofrece una opción de inversión con rendimientos históricos comparables a los de la bolsa, pero con menor exposición al riesgo, lo que lo convierte en una opción atractiva en un entorno económico marcado por alta deuda y exceso de liquidez monetaria.