El valor inherente de las monedas de papel tiende a desaparecer con el tiempo.
El dinero fiduciario, que no está respaldado por bienes tangibles, puede emitirse sin límites para respaldar decisiones de política monetaria. Esto se ha evidenciado en diversas ocasiones, como durante las políticas de flexibilización cuantitativa implementadas tras la crisis financiera global, la pandemia de COVID-19 y eventos recientes en la economía mundial.
En momentos de incertidumbre, muchos inversores han optado por el oro como refugio seguro para protegerse contra la depreciación de las monedas y conservar su poder adquisitivo a largo plazo. Ahora también lo hacen con el Bitcoin.
El oro destaca por ser un activo altamente efectivo en la preservación del valor, caracterizándose por su estabilidad relativa y su baja volatilidad en comparación con otros activos.
Además, periodos marcados por un aumento acelerado en la oferta monetaria, combinados con bajas tasas de interés, suelen crear condiciones favorables para el desempeño del oro. Este fenómeno se refleja nuevamente en el contexto económico actual.