Reflexiones sobre la economía y el mercado

Las matemáticas son bellas, demostrables y ciertas. Sin embargo, la economía no es matemática. Mientras que las matemáticas se basan en leyes, la economía se fundamenta en teorías. Las verdades matemáticas son eternas, pero las verdades económicas duran hasta la próxima caída del S&P.

Los mercados no son impulsados por las matemáticas, sino por las palabras de un abogado septuagenario y su grupo de economistas a menudo equivocados y demasiado serios. No hay forma de evitarlo. La Banca Central y los Tesoros son los ingenieros de todo el sistema.

Hasta que se demuestre lo contrario, los mercados libres son la forma más pura y perfecta de capitalismo, sin embargo, las élites de hoy en día van por el camino opuesto. Como he comentado, todo esta manejado por un grupo pequeño de burócratas con nombre y apellido.

Aunque se intente negar, cada interferencia o manipulación por parte de economistas (bien intencionados) conlleva consecuencias no deseadas, crea arbitrariamente ganadores y perdedores y desordena el sistema libre.

Este marco, obviamente, me pone en oposición frontal a los intervencionistas económicos que creen haber resuelto los mercados. De hecho, creen que los resolvieron, y ahora piensan que con un poco de ajuste en las tasas de interés y la flexibilización cuantitativa pueden manipular los mercados al alza, evitar recesiones y no preocuparse por la deuda, la inflación o las consecuencias no deseadas.

Tal vez tengan razón. Tal vez esta vez sea diferente. Tal vez los economistas han alcanzado la cúspide de la iluminación y, por lo tanto, los mercados gestionados son mejores que los mercados libres. De hecho, los precios de los activos están en máximos históricos.

Sin embargo, los precios de los activos no cuentan toda la historia. Los activos, por definición, son propiedad de los ricos.

Ahora bien, la mayoría del crecimiento es de suma positiva, no de suma cero. No vamos a validar tonterías marxistas en la reflexión. Hay tarta para todos. Pero cuando consideras que los mercados libres son sistemas perfectamente limpios, puedes ver cómo cada elección de política crea ganadores y perdedores. Y no es difícil entender quiénes son los perdedores.

Hay consecuencias sociales de estas decisiones, derivadas que son más importantes que las financieras. A medida que las generaciones más jóvenes quedan excluidas de los activos financieros, a medida que nuestros costos de servicio de la deuda se disparan, a medida que la inflación sigue erosionando el poder adquisitivo, la movilidad de la riqueza se vuelve más difícil de lograr.

Las diferencias de riqueza las está marcando, cada vez más, la educación financiera y la accesibilidad a estrategias de inversión, no el trabajo o la renta.

Y por eso, el mercado sigue en máximos históricos, y el Indicador Buffett (capitalización de mercado a PIB) también. No pierdas el tren y entiende que la ingeniería financiera actual está diseñada para una crónica inflación de activos (con picos y valles de corto plazo) y trampa de pobreza para todos aquellos que no entiendan este concepto.

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