Otto von Bismarck implantó el sistema de pensiones de reparto para atar o esclavizar a la sociedad, es decir, fue una política creada como una forma de control o dependencia.
Al fin y al cabo, el sistema público de pensiones no es más que una forma coactiva de ahorro gestionada por el Estado, por lo que, en última instancia, acabas dependiendo de éste. El catedrático, Jesús Huerta de Soto, uno de los mayores representantes de la Escuela Austriaca en el mundo, explica de forma maravillosa el oscuro objetivo del canciller alemán.
Además del incentivo perverso que escondía la política, el Estado sólo tenía como objetivo garantizar la renta a los trabajadores mayores de 60 años, cuando la esperanza de vida promedio era mucho menor, rondando los 40-45 años. Es decir, no sólo nació como una política que buscaba control social, si no que además era demagogia pura.
Esta raíz es la base de la fuerza más importante del "Estado de Bienestar". El sistema de pensiones público.
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