El empresario Elon Musk ha lanzado duras críticas contra el nuevo proyecto de presupuesto promovido por Donald Trump, calificándolo como una “abominación asquerosa” y acusando a los legisladores que lo respaldaron de actuar irresponsablemente.
Según Musk, la propuesta está plagada de gastos superfluos que no solo carecen de justificación, sino que también amenazan con agravar significativamente la deuda nacional.
Estas declaraciones llegan apenas días después de que Musk abandonara su puesto como asesor en la administración Trump, marcando un claro distanciamiento entre el multimillonario y la cúpula del Partido Republicano.
El proyecto presupuestario incluye la prolongación de los recortes fiscales establecidos durante la presidencia de Trump, junto con un aumento del gasto en defensa, medidas que, según los críticos, beneficiarían principalmente a grandes corporaciones y al complejo militar-industrial.
La preocupación de Musk no es infundada: la deuda nacional de Estados Unidos superó los 34 billones de dólares a principios de 2025, lo que representa más del 120% del PIB.
El pago de intereses sobre esta deuda ya se ha convertido en uno de los mayores rubros del presupuesto federal, superando incluso al gasto en defensa en algunos trimestres. De hecho, la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) estima que el gasto en intereses podría alcanzar los 1,6 billones de dólares anuales para 2033 si no se adoptan reformas significativas.
En este contexto, Musk advierte que continuar con políticas fiscales expansivas sin un plan claro de sostenibilidad solo agravará el problema, imponiendo una pesada carga a las generaciones futuras. “Estamos hipotecando el futuro del país”, señaló en un mensaje publicado en redes sociales, que rápidamente se viralizó.
La oposición abierta de Musk refleja tensiones crecientes dentro del propio Partido Republicano, donde sectores más fiscalmente conservadores también han manifestado su preocupación.
Además, su influencia en el mundo empresarial y tecnológico podría complicar aún más los intentos de Trump por consolidar apoyo en el Congreso y lograr una victoria legislativa significativa en año electoral.