La demanda mundial de oro se dispara en medio de preocupaciones por el aumento de la deuda estadounidense y el futuro del dólar como moneda de reserva.
Los bancos centrales de distintas partes del mundo están incrementando sus reservas de oro a niveles sin precedentes.
Este fenómeno se produce en un contexto en el que las instituciones financieras internacionales anticipan una disminución gradual en la proporción de dólares estadounidenses dentro de las reservas globales.
Según analistas financieros, esta tendencia podría llevar a que el oro represente hasta el 50% de las reservas internacionales en los próximos años, marcando un giro significativo en la composición de los activos de reserva.
Una de las razones clave detrás de este comportamiento es la creciente preocupación por la trayectoria de la deuda pública en Estados Unidos.
El oro, históricamente considerado un activo refugio, ha visto cómo su valor se fortalece en paralelo al aumento del endeudamiento federal.
Proyecciones recientes sugieren que la deuda nacional estadounidense podría alcanzar los 59 billones de dólares en la próxima década, duplicando el nivel registrado en 2021. Estas estimaciones no contemplan el impacto de una posible recesión, lo que implicaría que la cifra podría ser aún mayor si la economía estadounidense sufre una contracción significativa.
El fortalecimiento de las posiciones en oro por parte de los bancos centrales también podría interpretarse como una señal clara sobre el rumbo que podría tomar el metal precioso en los mercados internacionales, especialmente en un contexto de volatilidad financiera y tensiones geopolíticas crecientes.