China vive en el futuro

China se enfrenta a graves problemas económicos debido a una combinación de factores estructurales y coyunturales.

El país lidia con una profunda crisis inmobiliaria, una enorme deuda de los gobiernos locales y un alto desempleo juvenil.

El gasto de los consumidores ha disminuido, ya que los hogares ahorran más por temor al futuro, mientras que los desafíos demográficos, como el envejecimiento de la población y la disminución de la natalidad, amenazan el crecimiento a largo plazo.

Las tensiones geopolíticas con Estados Unidos y los países occidentales han dado lugar a sanciones y a una reducción de la inversión extranjera. Además, la creciente deflación indica una débil demanda interna, y las medidas represivas del gobierno contra las empresas privadas han minado aún más la confianza de los inversores.

Aún así, vemos como las ciudades parecen un futuro distópico.